La princesa prometida

Obra:  La princesa prometida
Autor: William Goldman
Editorial: Martínez Roca 2004

La princesa prometida es una novela publicada en 1973 por William Goldman, conocido  como escritor y guionista (“Dos hombres y un destino” o “Todos los hombres del presidente”) y que alcanzaría gran fama tras el rodaje de la película basada en el libro y dirigida por Rob Reiner en 1987, hace ya 25 años.

El argumento del libro se basa principalmente en la historia descrita en la película, un relato de aventuras, amor verdadero, príncipes, piratas y espadachines, donde la historia de los personajes cumple con todos los tópicos del género dando pie a una de las películas de culto tras el paso de los años. Curiosamente el libro de Goldman en el cual se inserta esta historia es cualquier cosa excepto convencional. El autor narra en el libro no solo la historia de la princesa Buttercup y su amado Westley, sino que lo hace como si el libro ya estuviera escrito por otro autor, un tal señor Morgenstern, cuyo relato le habría abierto los ojos en su niñez hacia una vida dedicada a los libros y la escritura, cuando su padre se lo leyó durante una temporada en cama debido a una pulmonía. El arranque del libro nos sitúa en ese mágico recuerdo de Goldman y en como desea legar ese mismo recuerdo a su hijo, regalándole el original de Morgenstern. Para su decepción, su hijo no logra pasar del segundo capítulo y es entonces, leyendo por primera vez de manera directa la historia, cuando se da cuenta de que su padre omitió las partes más aburridas de la novela, dando pie a una historia mucho más trepidante que la redactada por Morgenstern. Tras el descubrimiento de tan terrible realidad, Goldman se propone rescribir el cuento tal y como lo leyó su padre, o al menos como él la recuerda de niño.

Así la historia de la princesa prometida, en su mayor parte exacta a la narrada en la película, se ve salpicada con las explicaciones de Goldman y los motivos que le llevan a suprimir una u otra parte, conjugándose con su propia historia personal y la de su familia, muy lejos de una historia de amor verdadero como la que viven Buttercup y Westley. Sus comentarios ingeniosos dan vida a la historia que en la película refleja la relación del abuelo y su nieto, pero contada en primera persona, no molestando la narración sino aportando aún un modo de comprender la fantasía de los cuentos desde los ojos de la infancia.

En lo que respecta a la propia historia en sí, el libro aún puede aportar cosas a quienes hayan visto la película, pues completa en parte la historia de los personajes, explicando como Buttercup se da cuenta de su amor infatigable por Westley o cómo descubre el príncipe Humperdinck su existencia y llega a prometerse con él –algo que en la película se omite quedando como laguna-. Otros personajes como Fezzik, Vizzini o el propio Iñigo Montoya también relatan más profusamente su historia pasada y como llegan hasta el encargo de secuestrar a la princesa y el periplo que viven para rescatar a Westley con su increíble descenso por el Zoo de la Muerte. El resto del desarrollo es prácticamente el mismo que en la película, exceptuando algún cambio de localización y la inclusión de más personajes que terminan de dar colorido al cuento, como la princesa Noreena o la mujer del conde Rugen inventora del glamour.

Es significativo, sin embargo, que la historia de Morgenstern, es decir la de Goldman, no termina con un final feliz. Cuando los héroes montan los caballos blancos y huyen el fin tarda en llegar, sigue la persecución y la acción durante más páginas hasta por fin dar por finalizado el relato con regusto algo agridulce, no tan redondo o esperanzador como el de la película, que supo bordar con acierto el final de su argumento.

La historia, según la publicación de la novela, continúa incluso algo más, con “El bebé de Buttercup” un retazo de una segunda parte que narra la historia de los personajes un año después y que lejos de aportar grandes momentos deja un regusto amargo en los pocos capítulos inconexos con los que cuenta.

Definitivamente, la película fue un acierto de adaptación de la novela, la cual como no, fue realizada por el propio William Goldman, sabiendo elegir los mejores momentos del libro y redondeando el cuento como una fantástica historia de aventuras, acción, amor verdadero, princesas, espadachines y piratas, que sin embargo no eclipsa la novela, la cual no solo aporta más datos y escenas memorables, sino que da un toque de originalidad al relato de un clásico cuento de fantasía.